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Manuel García
Valencia
Lunes, 26 de mayo 2025, 11:32
Buscó el calor que emana del motor de un coche y recorrió los 40 kilómetros que separan la localidad de Montserrat de la ciudad de Valencia de inesperado polizón. El hallazgo de una culebra montpellier, de alrededor de tres metros, según la Policía Local, el pasado sábado en el interior de un coche ha hecho surgir las dudas a los usuarios de vehículos de cómo actuar en el caso de que les ocurra algo similar, aunque no es una circunstancia que se repita muy a menudo. Además, también hay interrogantes sobre el riesgo que presentan para la salud humana, aunque estos, según los expertos, no son muy grandes.
Fue un vecino de la ciudad de Valencia quien alertó de la presencia de este animal en el interior de su coche, que estaba estacionado en el interior de un garaje de una comunidad de vecinos. Así, tuvo que personarse una patrulla de la Unidad Medioambiental, UMA y otra de Patraix en el citado garaje y comenzar una laboriosa tarea que concluyó con el animal sano y salvo fuera del vehículo. Mientras se ponía en marcha el operativo, la culebra se estaba moviendo dentro del motor y para sacarla, agentes de la policía y Bomberos tuvieron que ir desmontando diferentes partes del motor durante cerca de dos horas. Al final la culebra fue localizada detrás de la óptica delantera del vehículo.
Vicente Roca es el director del Departamento de Zoología de la Universidad de Valencia. Tras reconocer que no es un caso que se repita en muchas ocasiones, explica que sí que es cierto que, a veces, y para regular su propia temperatura, al amanecer o al anochecer, cuando el termómetro desciende, estos animales «buscan el calor y pueden encontrarlo en el motor de un coche».
El modo de actuar, en primer lugar, es, «sin dañarla, con un palo o similar y con delicadeza, asustarla un poco para que salga». En el caso de que no sea tan fácil, sí que hay que plantearse entonces llamar por ejemplo al Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil.
Con respecto a la posibilidad de que la culebra pueda causar daño, este experto considera que, aunque tiene veneno «en la parte posterior de los dientes y la boca», habría que actuar de manera muy imprudente para que el animal actuara de manera agresiva.
Con esta misma versión coincide Sergio López, responsable del área de Herpetología (que se encarga del estudio de anfibios y reptiles) del Bioparc, quien asegura que este tipo de animales son «inofensivos». En primer lugar, detalla que tienen muy poco veneno en su boca: «Apenas serviría para paralizar a un ratón», señala. Además, este veneno está situado en una parte de muy difícil acceso, en el interior de la boca, por lo que habría que introducir la mano en el interior del animal para poder ser agredido.
El propio conductor reconoció que el vehículo había estado estacionado durante una semana en la localidad de Montserrat, por lo que los expertos creen que podría haberse trasladado desde la Ribera hasta la ciudad de Valencia, ya que se trata de un ejemplar más propio del campo que de la ciudad.
Este experto del Bioparc recordó que es más común que en los vehículos, sobre todo en los estacionados en las ciudades, se cuelen las culebras de herradura, una variante mucho más fina que la hallada en este garaje. López recordó que en el año 2012 el dirigente popular Esteban González Pons fue noticia al hallar un ejemplar de herradura en el balcón de su casa, circunstancia que narró a través de las redes sociales.
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