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Natural de Vila-real, el hasta ahora secretario general de Organización de UGT-PV, Tino Calero, toma las riendas de este sindicato en sustitución ... de Ismael Sáez. Afiliado a UGT desde 1991, es graduado en Derecho y un firme defensor de la política como herramienta para solucionar los problemas de la sociedad.
–¿Cuáles son las prioridades del sindicato en esta nueva etapa?
–En los inicios de mandato hay una parte de novedad y otra de continuidad. En estos momentos, en la Comunitat lo que más nos preocupa es todo lo relacionado con la recuperación tras la dana; ver si tenemos la capacidad de, en el menor tiempo posible, volver a la situación de antes del 29 de octubre, incluso ir más allá. Esta desgracia ha de servir también para replantearnos nuestro modelo territorial, cómo hacer frente a un cambio climático que afecta de forma grave a la ciudadanía y a la actividad económica y, dentro de lo posible, replantear el modelo productivo.
–El cambio del modelo productivo es algo de lo que siempre se habla pero no se produce. ¿Es ahora el momento?
–Sí. Hay momentos disruptivos en la historia y en la Comunitat lo estamos, igual que, por ejemplo, lo fue la riada que provocó el cambio del encauzamiento del río o la pandemia. La cuestión es que tengamos la capacidad para extraer conclusiones y, a partir de ahí, cambiar y mejorar. Sobre el cambio del modelo productivo es cierto que llevamos mucho tiempo dándole vueltas pero es que no solamente requiere de buenas palabras, sino de planes de actuación con recursos. La realidad es que estamos en un mundo en que el cambio climático ya es una realidad y eso tiene un impacto desde el punto de vista territorial y económico. Y estamos en un mundo en el que la digitalización da vértigo. ¿Cómo va a afectar al trabajo? ¿Y a la calidad de vida de los ciudadanos? ¿Qué impacto va a tener en el día a día de la actividad económica? Estamos en un mundo complejo en el que necesitamos que los responsables políticos y los sindicatos tengamos la capacidad de ser ágiles en los análisis y, sobre todo, en las respuestas. Desgraciadamente, la impresión es que unos y otros seguimos con dinámicas más del siglo XX que del XXI y, por tanto, tenemos la obligación de intentar ser una organización que sea más ágil, más eficaz, con mayor capacidad de conectar con la ciudadanía, los trabajadores y los jóvenes.
–Agilidad, eficacia... Como el modelo productivo se habla y se habla pero no hay cambios.
–Estamos hablando de espacios comunes porque hay problemas comunes y transversales al conjunto de la ciudadanía, como el acceso a la vivienda, la situación de los servicios públicos o las dificultades para acceder a prestaciones en dependencia. Todo ello requiere de respuestas rápidas y eficaces por parte de los responsables políticos y de las administraciones. Partiendo de la base –que creo fundamental– de que falta pedagogía para poner en valor el papel de la política, es decir, su importancia como un instrumento que sirve para solucionar los problemas de la gente. Una sociedad democrática, como todo, es mejorable, pero es un instrumento que sigue siendo válido para canalizar los problemas y las demandas de la sociedad y encontrar soluciones desde el diálogo y buscando consensos. Y estamos en un momento en el que crece la antipolítica como alternativa al fracaso de la política. La política es necesaria.
–Sin embargo, en la Comunitat, tras la dana, la política ha salido muy dañada por la confrontación entre administraciones. ¿Cómo valoran la gestión de Gobierno central y Generalitat?
–Es evidente que el 29 de octubre fue una situación absolutamente trágica, con consecuencias devastadoras. En primer lugar para las víctimas y sus familiares y también para la ciudadanía. Y hay una parte importante de la sociedad que necesita respuestas sobre la gestión del día de la dana y los días posteriores. Los responsables políticos deben trasladar con absoluta transparencia qué sucedió y, a partir de ahí, tenemos distintos escenarios, fundamentalmente dos: la responsabilidad política y otro tipo de responsabilidades, que ya están en otros ámbitos y se tendrán que dilucidar. Nosotros, con relación a la gestión política, lo hemos manifestado: hubo fallos en la gestión y, por lo tanto, es necesario la asunción de responsabilidades políticas. A partir de ahí, ¿qué creo que esperan los ciudadanos? Que eso se produzca porque es un elemento fundamental para poder pasar página, si es posible hacerlo, que esa es otra cuestión. Si queremos situarnos en un escenario postdana y de recuperación, necesitamos que se conozca al detalle qué sucedió y si alguien tiene que asumir responsabilidades políticas, las asuma. Y las judiciales ya se verá, porque hay un procedimiento abierto y hay que ser absolutamente respetuosos con la acción de la justicia. Estamos en un momento especialmente complejo en el que necesitamos compromiso, responsabilidad y anteponer los intereses de la ciudadanía a los personales o políticos. Pero no me corresponde a mí decirlo porque yo no soy miembro del Gobierno ni de la oposición.
–Dentro de esas responsabilidades políticas, ¿el presidente Mazón debería dimitir?
–Hemos secundado las manifestaciones que se han ido convocando pidiendo la dimisión del presidente; hemos hecho una valoración política de la actuación del presidente y entendemos que era el máximo responsable en ese momento del día 29 y entendemos, sin prejuzgar cualquier otro tipo de actuación sino ciñéndonos al ámbito político, que sí tiene responsabilidades políticas porque es el máximo responsable en la Comunitat. Por tanto, tiene sentido que el presidente de la Generalitat las hubiera asumido. Y, además, es fundamental para poder pasar página. A ningún ciudadano le gusta ver la imagen del presidente de la Generalitat increpado en un acto porque merece el respeto institucional que corresponde a la figura que es, el representante de todos los ciudadanos. Pero es evidente que hay muchos ciudadanos indignados y lo expresan de esa manera. Cada vez que aparece el presidente Mazón volvemos al día 29, que será un día para recordar y honrar a las víctimas, pero tenemos que dar un paso si queremos recuperarnos no solamente en lo material sino en lo emocional. La sociedad valenciana necesita salir del día 29 y con el presidente Mazón es muy complicado hacerlo. Y es una reflexión que tienen que hacer él y el PP: si lo mejor para los valencianos, para ese pasar página, es que él siga siendo el presidente. En cualquier caso, nosotros lo hemos trasladado. Y para nada va a condicionar las relaciones que tenemos con el Consell, que van a seguir siendo de respeto institucional, de colaboración, de proposiciones y de reivindicación como han sido hasta ahora.
–De esa relación se ha hablado en las últimas semanas por los recortes que plantea Vox en las subvenciones a sindicatos y patronal. ¿Puede generar una fractura en el diálogo social?
–Lo primero, no tenemos ninguna noticia. El proyecto de presupuestos mantiene todas las líneas que existían en el de 2024. Lo que hemos trasladado al Partido Popular es que sería una mala noticia secundar esas enmiendas de Vox. Los recursos que reciben de las administraciones las organizaciones sindicales y empresariales se perciben como compensación a las funciones que constitucionalmente tenemos reconocidas, si no, ese trabajo lo estaríamos haciendo exclusivamente con los recursos de nuestros afiliados. Por tanto, es una compensación justa, y también insuficiente.
–La Comunitat siempre se ha puesto como ejemplo del diálogo social. La dana, los posibles recortes, etc. ¿pueden afectar a ese buen entendimiento?
–Si se recortan las asignaciones, va a tener un impacto en el diálogo social, porque se traslada que no hay un compromiso con relación a ese diálogo.
–¿Ve factible que, sin Presupuestos Generales del Estado y con la confrontación que hay, salgan adelante medidas como la reducción de la jornada laboral?
–Es posible, aunque complicado porque no podemos olvidar la situación política a nivel del Estado. En esta legislatura se ha avanzado en acuerdos relevantes, relacionados con la reforma laboral, las subidas del salario mínimo o las pensiones. Algunos han sido frutos del diálogo social, mientras que en la subida del SMI no fue posible llegar a acuerdos con la patronal, pero es evidente que ha tenido unos efectos positivos, ya que en contra de lo anunciado por algunos no se han destruido miles de empleos. Teníamos claro que iba a servir para que los trabajadores con menor poder adquisitivo dispusieran de mayores recursos para incrementar su capacidad de compra.
–¿Cree que la imagen que se traslada de la Comunitat, con los rifirrafe de unos y otros, puede perjudicar las inversiones?
–Estos días estamos viendo que si hay algo susceptible a la incertidumbre es el dinero. El dinero es tremendamente miedoso, es decir, los inversores, en cuanto perciben la posibilidad de riesgos, se marchan. A mí, por ejemplo, me parece que un elemento muy importante a tener en cuenta con relación a posibles inversiones es cómo vamos a afrontar la recuperación. Es decir, somos una comunidad afectada por el cambio climático y se va a ir acentuando con el tiempo. Me preocupa si vamos a ser capaces de crear un entorno que no genere incertidumbres para los inversores, si vamos a ser capaces de generar un entorno seguro para las empresa teniendo en cuenta cuáles pueden ser los efectos del cambio climático, a los que a veces no le estamos dando la importancia que tienen.
–¿Debemos reordenar el territorio, mejorar nuestros mecanismos de prevención…?
–Cuando elaboramos los planes de prevención de riesgos laborales, tenemos en cuenta los riesgos generales en la empresa y los específicos de cada puesto de trabajo, pero no hemos contemplado los externos. Y vivimos la cuenca mediterránea es uno de los territorios que más se va a ver afectado por el cambio climático, sean inundaciones, incendios o sequías. Es decir, si queremos ser un territorio con futuro, tendremos que valorar cuáles son los posibles impactos y cómo nos preparamos para minimizarlos. Y ahí sí que tendríamos que exigir a los responsables políticos que tengan la capacidad de elevar la cabeza y de ver más allá del día a día de la política.
–¿Cómo afronta el 1 de mayo?
–Tendremos que hablar de todo lo relacionado con la recuperación, no en la línea de volver a la casilla de salida, sino utilizarla como un trampolín para plantear cambios y mejorar. La reforma laboral también va a ser un elemento fundamental y hay reivindicaciones que no podemos dejar de lado, como la lucha contra la siniestralidad laboral.
–¿Se han planteado el cambio de nombre de UGT del País Valencià al de Comunidad Valenciana, como ha hecho la Federación de Servicios y Movilidad?
–Es un elemento de debate que se ha ido planteando en los últimos años y que surgió también en este congreso pero los delegados decidieron seguir denominando UGT-PV. Por encima de los nombres, la nuestra es una organización que tiene claro que estamos en la Comunidad Valenciana porque es la denominación oficial de nuestro Estatuto de Autonomía, que utiliza los símbolos de la Comunidad con absoluta normalidad y que defiende unos valores que vienen recogidos en el Estatuto. Si en algún congreso los delegados deciden cambiar la denominación eso no va a cambiar lo que es la esencia ni el objetivo de UGT.
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