Paco López: «Mi corazón siempre va a estar abierto al Levante, nunca se sabe»

–¿Cómo están siendo los primeros meses en Granada?

–Bien. A nivel personal estoy muy contento por el trato de la gente, por cómo nos han recibido, por lo acogedora que es la ciudad... Y el mismo trato hemos tenido en el club. Y el día a día es buenísimo. Tenemos unos medios espectaculares para poder trabajar. Estoy muy contento. Y hablando de fútbol, lo más importante son los resultados. Esperemos que los resultados nos acompañen.

–¿Piensa en el recibimiento que tendrá el sábado en el Ciutat?

–No lo sé, no tengo ni idea. No me lo puedo imaginar. Será la primera vez que viva una situación así. Será un nivel de emociones importante. A ver cómo lo vivimos.

–Será extraño...

–Sí, será muy extraño. Desde que llegue y entre por el túnel para irme al vestuario visitante en vez de al local, cuando salga al banquillo... Hasta que empiece a rodar la pelota y se olvide absolutamente todo, serán sensaciones extrañas.

–Coincidió con Javier Calleja, actual técnico del Levante, en el Villarreal. ¿Mantienen buena relación?

–Sí. Yo estaba de entrenador del filial del Villarreal y él en el juvenil y compartíamos muchas cosas.

–¿Cómo está viendo su papel en el Levante?

–Muy bien. Calleja está demostrando su capacidad para entrenar junto a su cuerpo técnico. Conozco bien a José Romero, que fue preparador físico mío en dos etapas, en el Benidorm y el Villarreal. Me alegro mucho de que les esté yendo fenomenal.

–¿Siente mucha presión en el Granada?

–Lo normal. Pero no hace falta notarla o no notarla. Lo sabemos. Sabemos que es un equipo recién descendido, que tiene esa obligación igual que el Levante y el Alavés, y que si no asciendes el primer año luego se va haciendo cada vez más difícil. Pero con eso jugamos y hay que convivir con esa presión y esa exigencia.

–¿De estos tres equipos, colocaría al Levante como el más obligado a subir por el nivel de su plantilla?

–No se trata de que esté más obligado o menos obligado que otros. Lo que sí sabemos es que el Levante tiene un potencial en su plantilla tremendo y eso lo sabemos todos, sobre todo los que conocemos bien a la plantilla de jugadores.

–Ha permanecido un año fuera de los banquillos. ¿Cómo ha sido esa experiencia?

–He seguido viendo fútbol y formándome, he tratado de seguir otras ligas, he ido a otros países a ver entrenamientos... También he tratado de desconectar y tener más tiempo libre para otras cosas que no tienes cuando entrenas. Dicen que no hay mal que por bien no venga. En nuestro caso pasó lo que pasó por desgracia, no lo hubiésemos querido nunca, pero tratamos de que sirviera para otras muchas cosas, para ser feliz y mejor persona por encima de todo y luego mejorar en la profesión.

–El Levante le destituyó el 3 de octubre de 2021. ¿Desde entonces, cómo vivió el desarrollo de los acontecimientos en Orriols, con el paso de Javier Pereira y Alessio Lisci por el banquillo y el posterior descenso?

–Como todos los que queremos lo mejor para el Levante, me imagino. Duele verlo descender, pero eso ya es pasado y ahora la gente que está va a intentar devolver al equipo donde ha estado las últimas temporadas.

–¿Tiene el convencimiento de que si hubiese seguido en el Levante habría logrado la salvación?

–Yo siempre he estado convencido de que sí porque lo había hecho temporada tras temporada. La situación cuando nos cesan yo no entendí que fuera tan caótica o tan difícil de remontar porque llevábamos ocho jornadas de Liga y era la primera jornada que entrábamos en descenso. Pero eso es remover el pasado y no conduce a nada. Estoy convencido con mis argumentos. Pero una cosa es de lo que yo esté convencido y otra que fuera real.

–Se le volvió a vincular con el club tras la destitución de Pereira.

–Creo que no hubo nada. Y en ese momento no hubiese sido bueno ni por una parte ni por otra. Creo que no hubiese sido una buena idea.

–¿Puede contemplar su vuelta al Levante en un futuro?

–Yo ni afirmo ni descarto nada. Es un club al que quiero, es un club que me ha dado muchísimo y creo que nosotros a él también. Y es un club que considero mi casa. Por lo tanto, mi corazón siempre va a estar abierto. Lo que pasa es que a nivel profesional esto da muchas vueltas. En esto del fútbol nunca se sabe. Lo que sí que hay que tener es un profundo respeto siempre para los profesionales que están en este caso, que son los entrenadores y la gente que toma decisiones. El fútbol da muchísimas vueltas. Pero ahora mismo ni entra en la cabeza de una parte ni entra en la cabeza de otra parte.

–Firmó cuatro permanencias como entrenador del Levante, acarició la final de la Copa del Rey e instauró una filosofía de juego que causó sensación. ¿Su salida fue mucho más amarga de lo esperado por su legado?

–No lo sé. Es verdad que, si me hubiesen dado a elegir una forma de salir, no habría elegido la que se produjo. Eso está claro. Aun así, sé en qué mundo vivo. Los entrenadores ya sabemos que dependemos mucho de los resultados y las salidas de los clubes no se pueden elegir desgraciadamente. Salió así. No obstante creo que en la salida hubo muchísimo respeto por las dos partes.

–¿Ha quedado bien la relación con la directiva granota?

–Sí. Yo al máximo responsable, que es Quico Catalán –presidente–, le tengo mucho cariño. Y me consta que él me lo tiene a mí. Incluso las familias. Eso no cambia en absoluto. Eso sigue ahí.

–¿Sueña con el Granada y el Levante en Primera el próximo año?

–Ojalá. Deseo que el Granada esté arriba y podamos ascender y ojalá esté con el Levante. Pero ahora mismo mi cabeza está en trabajar con el Granada para que eso pueda pasar a final de temporada.