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Juan Carlos Alonso
Valencia
Martes, 27 de mayo 2025, 00:39
Hay noches que uno sabe que no va a olvidar. Esta para un aficionado del Levante es, sin duda, una de ellas. Allá sobre las ... 23:30 horas, la Fuente de las Cuatro Estaciones se ha convertido en el epicentro de una fiesta multitudinaria. Allí ha terminado la rúa que durante horas ha recorrido Valencia para celebrar el regreso del Levante a Primera División. Tras tres largos años en la categoría de plata del fútbol español, ya se puede decir que el Levante vuelve a ser de Primera.
Desde primera hora de la tarde, las calles que conectan Orriols con el centro de la ciudad han comenzado a llenarse de granotas con camisetas, bufandas, banderas y hasta pancartas caseras. La rúa, que ha partido a las 19:30 horas desde el Ciutat de València, ha recorrido algunos de los puntos neurálgicos de la ciudad. Cada parada, cada esquina, era una pequeña fiesta. Pero ninguna como la última la cuál, y pese al retraso que ha experimentado la rúa, estaba llena de aficionados granotas esperando a los jugadores, en una fiesta que ha comenzado mucho antes de la llegada de los de Julián Calero.
Un millar de aficionados ha inundado el Paseo de la Alameda con camisetas azulgranas, bufandas al cuello y todo tipo de símbolo levantinista. Las bengalas, los fuegos artificiales y los cánticos han teñido el cielo de un fervor difícil de describir. El ambiente no ha sido solo de celebración; ha sido de reencuentro, de recompensa tras varias temporadas de lucha, y de comunión absoluta entre el club y su gente, que ha estado al pie del cañón a pesar de estos largos y duros años.
El autobús ha llegado a la Fuente de las Cuatro Estaciones bajo una ovación ensordecedora. Jugadores y cuerpo técnico han saludado, cantado y agradecido el aliento de una afición que no ha fallado ni en los peores momentos. Especialmente ovacionados, futbolistas como Carlos Álvarez, que con su gol que culminó la remontada ante el Burgos ya ha entrado en los libros de historia del Levante, el capitán Iborra o el míster, cuya figura ha sido levantada a hombros por los cánticos de los allí presentes. Un Julián Calero que mucho ha tenido que ver en este ascenso del Levante, cumpliendo con su célebre y ya histórica frase de inicio de temporada: «todo va a salir bien».
Entre los asistentes, familias enteras, parejas, niños a hombros de sus padres, jóvenes con tambores y veteranos seguidores granotas con bufandas o camisetas de otras épocas, que no han perdido el amor por el escudo desde el día en el que se enamoraron del Levante. Imágenes como las de una mujer mayor mostrando orgullosa una camiseta firmada por Ballesteros, o un grupo de adolescentes abrazándose, celebrando su primer ascenso vivido de forma consciente, hacen darte cuenta de la magnitud e importancia de la gesta de los de Julián Calero.
La Fuente de las Cuatro Estaciones, símbolo del levantinismo, ha vuelto a ser punto de encuentro para los granotas, que han vivido este lunes una de esas noches que el tiempo no borra. Esta vez, con un sabor especial. No solo por el regreso a la élite del fútbol español, sino por cómo se ha conseguido: con una espectacular remontada en Burgos que ya forma parte de la historia del club de Orriols.
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