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«Este libro refleja cómo llega a perturbar el estrés postraumático. Dejé de ser yo. Yo no era ese, eran las circunstancias ese estrés», afirmaba ... José Manuel Sánchez en la presentación de su nuevo libro, 'Tres días de noviembre'. Sánchez fue el único superviviente del atentado que sufrieron ocho miembros del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) español en 2003 en Irak. La Fundación Manuel Broseta, en colaboración con la Universidad Católica de Valencia (UCV) y la Generalitat, han traído al protagonista de esta historia, que ha reflejado sobre el papel cómo esa vivencia le ha afectado para el resto de su vida: «La labor de las víctimas es dar testimonio de lo que pasó para que no se olvide».
La presentación ha tenido lugar en la rehabilitada sede Trinitarios de la UCV. Junto al autor del libro, se encontraban Vicente Garrido, presidente de la Fundación Manuel Broseta; Nuria Martínez, decana de la facultad de Derecho de la UCV; y Francisco Soler, Director general de Atención a las Víctimas y Acceso a la Justicia. Además, otras autoridades han estado presentes en el acto, como la presidenta de Les Corts, Llanos Massó, y la vicepresidenta Magdalena González La Red.
Durante el acto, el presidente de la Fundación Manuel Broseta ha mostrado sus respetos a José Manuel Sánchez. «Para mi es un honor presentar tu libro. Presido una fundación que lucha por defender la paz, la concordia y la defensa del pueblo valenciano contra el terrorismo por medio de la imagen del profesor Manuel Broseta, y tú como víctima, visibilizas a todas las demás«.
El 29 de noviembre de 2003, ocho miembros del CNI, pertenecientes a los equipos de Contrainteligencia y Seguridad que acompañan el despliegue militar español en Irak, se desplazan con sus vehículos desde Bagdad hacia sus bases en Diwaniya y Nayaf, en el suroeste del país. En Latifiya, a unos treinta kilómetros de Bagdad, sufren un ataque de la insurgencia del que solo sobrevive una persona. José Manuel trató de pedir ayuda, pero un grupo de ciudadanos comenzó a apalearle. Justo cuando estaba al borde de la muerte, un hombre se acercó a él y le dio un beso en la mejilla. Ese gesto hizo que la turba desapareciera, y que por tanto, salvara su vida.
El acto, que presumiblemente era una presentación de la historia de supervivencia, y cómo ésta le afectó los siguientes años, ha acabado siendo un diálogo entre el público y José Manuel Sánchez, quien no se ha cortado un pelo y ha resuelto con todo lujo de detalles todas las dudas.
Un libro, según afirmaba su autor, de homenajes; «El libro es una fiel representación de que soy yo mismo. Un libro de homenajes. Por encima de todo, a mis siete compañeros, héroes que han dado su vida por este país. También a toda esa gente que todos los días hace un trabajo sacrificado, que exige mucho. A las familias que están al lado de estos trabajadores. Porque quiero homenajear a las familias de mis compañeros que tienen la pérdida más absoluta, pero también las de los compañeros que siguen trabajando. Por los horarios que sufren, por no saber qué están haciendo. Y también a mi mujer, que me agarró de los pelos y me mantuvo cuando yo no quería estar».
Y es que, la historia de José Manuel va más allá del incidente en sí. «El libro me ha ayudado a reconocer el daño causado por el estrés postraumático. Hubo momentos que no era yo. No sé cómo mi mujer siguió a mi lado», explica. Sin embargo, el texto es un reflejo de que se ha recuperado: «Si yo no estuviese bien, este libro no sale».
En este sentido, José Manuel Sánchez ha reconocido todo el bien que le hace servir de testimonios para colegios que ayuden a visibilizar a las víctimas del terrorismo: «Mi labor actual es tremendamente enriquecedora. Tal vez a los chavales no les cala tanto al principio pero les deja un poso. Todo lo que pasó dejó dolor. Y ese poso es lo que le queda al alumno. A mi me gusta que me pregunten, porque relleno huecos que no imaginaba que tenía». Por eso, ha agradecido la labor de entidades como la Fundación Manuel Broseta: «Las víctimas debemos dar testimonio de lo que sufrimos porque sólo así haremos que no se nos olvide».
De hecho, al final de la presentación, Sánchez aprovechó para dejar un recado a los gobernantes: «Se acercan a las víctimas en tanto en cuanto pueden sacar unrédito político. Si soy un referente que se me tenga en consideración. Y no lo digo por mí, lo digo por todas».
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