Ya tiene Peter Lim un nuevo galardón del que presumir en su vitrina. En realidad, si uno piensa en un habitáculo para trofeos futbolísticos acorde ... al alojamiento que se le supone –por su caudal de ingresos–, uno se imagina un lujoso y espacioso escaparate... y una imagen un tanto cómica: una Copa del Rey –que encima no quería y despreció a su manera– era hasta este domingo el único galardón del que podía presumir el empresario. Ahora, si quiere, puede hasta recortar esta información y explicar que el Valencia por primera vez en su historia y desde que se estrenó en competiciones continentales, enlaza su sexto año consecutivo sin jugar en Europa. Lo hace además con su hijo Kiat como presidente del club, que tiene por si fuera poco la mancha del descenso del femenino que le dejó prácticamente sentenciado ya Layhoon.
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El Valencia disputó por primera vez en su historia un torneo europeo en 1961: la Copa de Ferias, que además conquistó. Él –Peter–, que vino según confesaba en diciembre de 2014 Amadeo Salvo a «hacer que el Valencia sea más grande» para «recordar el de los primeros años del siglo XXI», lo está llevando en dirección contraria. El dato mata cualquier relato que Meriton pueda argumentar al respecto y si esta temporada ha habido auténtico miedo al descenso, para la 2025-26 el escenario que se presenta, aún con Corberán al frente, vuelve a dar mucha preocupación. Quizás el técnico de Cheste empieza a vislumbrar el futuro escenario y por primera vez su discurso –siempre guionizado y correcto– encierra algunos avisos: «Crecer y mejorar tiene que ser un debe en el Valencia».
Y es curiosamente lo que no ha hecho el Valencia en estos once años ya de Meriton. Cuando Lim llegó, el Valencia era el octavo club de Europa en el ranking UEFA. Solo recordar quiénes tenía delante produce ciertos escalofríos ahora: Real Madrid, Barcelona, Bayern Múnich, Chelsea, Benfica, Manchester United y Atlético. Hoy, el Valencia ha desaparecido por completo del ranking UEFA. Hasta el Cosmos de San Marino en el puesto 427 –el último en la lista por coeficiente europeo– está por delante pese a que su campo sólo tiene capacidad para 6.600 espectadores.
Sólo hay que repasar los balances ofrecidos desde la 2014-15, cuando el equipo terminó cuarto con 77 puntos. Esa cuarta plaza la consiguió también en la 2017-18 y en la 2018-19. Tres años de Champions y enfrente ocho de absoluta sequía.
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Lo llamativo es que en el caso del Valencia de Meriton, no ha existido ninguna transición pausada aunque sea desde el lado negativo. Cuando uno sale de la Liga de Campeones espera que al menos se asiente en la Europa League. Ni eso ni la Conference que se esfumó ya definitivamente el domingo.
Tres veces noveno clasificado (2019-20, 2021-22 y 2023-24), dos veces duodécimo (2015-16 y 2016-17), una ocasión decimotercero (2020-21) y una vez decimosexto (2022-23, con la cifra de puntos más baja: 42). A falta de lo que pase en el Benito Villamarín este viernes, el Valencia es actualmente duodécimo pero tiene opciones de escalar hasta la décima posición, puesto que nunca ha estado Meriton. De momento, para la UEFA, el Valencia no existe.
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