La Politècnica mantiene el grafiti que pide prisión para Mazón

Como ha informado LAS PROVINCIAS, la obra forma parte de la exposición colectiva PAM! 2025, en la que los estudiantes de los másteres oficiales que imparte la escuela exhiben sus proyectos. La muestra se mantendrá hasta el próximo viernes, y las creaciones seleccionadas (diez, entre las que no se encuentra esta en cuestión), pasarán a ser expuestas en un museo próximamente.

A raíz de la publicación, se ha producido un goteo de reacciones por parte de altos cargos del PP y del Consell, que se han mostrado muy críticos con su exposición en un espacio universitario, llegando a pedir su retirada y denunciando que el arte «no puede servir de excusa para el acoso», que la obra «acusa, juzga y condena sin pruebas» y que fomenta «el odio y la crispación».

La pieza, denominada 'No oblidem', se sitúa en el vestíbulo de entrada y representa al jefe del Consell ataviado con un mono naranja, propio de un presidiario, que sujeta un cartel con el número 228, en referencia a los fallecidos como consecuencia de las riadas. El fondo reproduce una escala de altura, propia de las fotografías que se toman a detenidos y condenados, y en letras mayúsculas aparece la leyenda 'A presó'. La oportunidad que da el espacio ha sido aprovechada por el artista, pues según la cartela que la acompaña el objetivo era emplear «un umbral cotidiano transformado en lugar de denuncia».

«Se trata de una acción académica, protagonizada por estudiantes en el marco de un ejercicio que se propone por parte de la facultad y que se basa en la crítica social», señalan las citadas fuentes, que defienden que se no se ha producido «una cesión de espacios por parte de la universidad», sino que estos fueron asignados por sorteo en función del número de participantes. También apuntan que los integrantes del jurado, «lógicamente tampoco conocen el contenido de las obras hasta que se exponen».

«El estudiante ha ejercido su derecho a la libertad de expresión, que nosotros defendemos», añaden desde el Rectorado, si bien «entienden» que el mensaje se puede «interpretar como poco afortunado o que sobrepasa la línea de la libertad de expresión, cayendo en la generación de odio o en el fomento de la crispación social», en el sentido de que la representación «condena a una persona no juzgada, no respeta la presunción de inocencia y falta al honor del presidente». «Pero no podemos obviar que la base de este ejercicio académico es la plena libertad de expresión», se continúa, para insistir a continuación en que «en ningún caso se trata de una acción premeditada de la universidad o la facultad para fomentar un ataque» hacia la figura de Mazón.

Sobre la decisión de mantenerla -«no se va a tomar ninguna medida en el sentido de retirarla o censurarla»- se alega que «hay que interpretar la obra con su contexto: una acción de expresión artística que se aproxima más a la libertad de expresión que a la vulneración de derechos». Y por último, defienden que «no se puede interpretar que su mensaje se corresponda con un discurso más o menos extendido entre la Facultad de Bellas Artes si se tiene en cuenta que no ha sido una de las seleccionadas».