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Levantarse cada día con motivaciones personales y también de ámbito profesional, es una de las mejores sensaciones posibles. Poder dedicarte a tu trabajo, que a ... su vez puede ser una pasión y devoción, es todo un privilegio. En el mundo del fútbol y en lo que concierne a los profesionales de los banquillos normalmente no existe tanta paciencia si los resultados no acompañan y suelen ser las primeras víctimas de destituciones. Sin embargo, hay auténticos veteranos de guerra. Las canas que invaden los cabellos de muchos no suelen ser problema, si demuestras estar capacitado y al día de los avances tácticos en el balompié.
En nuestro fútbol, el ejemplo más claro y reciente se plasma en la figura de Joaquín Caparrós. A sus 69 años de edad, el de Utrera volverá a dirigir por cuarta ocasión a los del Sánchez Pizjuán. Ni siquiera una leucemia linfocítica crónica que sufre desde el año 2019 le ha frenado ni puede con sus ganas. Todo un hombre de club, que se ha ganado la confianza a base de éxitos con los hispalenses.
En el caso de Caparrós no solo ha resultado agraciado con el Sevilla, ya que su trayectoria es dilatada y bien diversa. Desde 1981, cuando se sentó por primera vez en un banquillo, al frente del San José Obrero, ha ido recorriendo el mapa español desde las categorías más humildes hasta la élite del fútbol. Villarreal, Athletic Club, Deportivo de La Coruña, Osasuna… son solo unos pocos de una interminable lista, donde también se encuentra el Levante UD, en aquella temporada donde Keylor Navas y David Barral fueron los nombres propios. También tuvo experiencias en Suiza con el Neuchatel, en Catar con el Al-Ahli de Doha y hasta como seleccionador de Armenia.
Se da el hecho curioso de que en pleno 2025 haya entrenadores que ya estaban con el mono de trabajo puesto en el siglo pasado. Pero aún más insólito es ver cómo se reproducen flashbacks de temporadas que únicamente unos pocos recordarán nítidamente. Si alguien tuviera en su mano el álbum de cromos de LaLiga 2003-04, lo abriera por las páginas del Athletic Club y Sevilla y focalizara su mirada en el espacio reservado a los entrenadores, vería que perfectamente podría pegar los mismos que en la actualidad.
Por aquel entonces, además de Caparrós, la jerarquía de Ernesto Valverde ya se imponía en San Mamés. Uno de los clubes de su vida, el que le ha acompañado y al ha dirigido en hasta tres ciclos, incluyendo el que inició en 2022, con un culmen con el que sueña ahora, como es devolver muchos años después a 'los leones' a la mayor competición continental a nivel de clubes que existe, la Champions League.
Abarcar un tema así, para entenderlo mejor, requiere de la voz de expertos. Tres décadas repletas de vivencias futbolísticas en los banquillos, sea como técnico principal o con otros roles, son las que avalan a Pako Ayestarán. Actualmente, se encuentra en el Aston Villa, donde forma un tándem que funciona a la perfección en la Premier League junto a otro exvalencianista curtido en mil batallas como es Unai Emery, como primer entrenador.
¿Cuál es su motivación para estar tantos años con actividad? Principalmente la pasión. «Es fundamentalmente la satisfacción que recibimos por el trabajo realizado. El amor y la pasión por lo que haces es la razón que te motiva a seguir en el día a día. Es difícil mantenerte en el fútbol mucho tiempo si no tienes pasión», explica.
Como dicta el refrán, cada maestro tiene su librillo, pero entre estos profesionales capacitados del fútbol hay factores diferenciales. Para Ayestarán éste reside principalmente en la experiencia. «Uno no es más o menos sabio por el conocimiento que tenga, sino por todos los fallos que ha cometido. Probablemente, eres capaz de mantenerte porque has aprendido de ellos, en algo que solo lo permite la experiencia».
Si bien esa experiencia puede llevar a que distintos clubes apuesten por cartas conocidas para sus proyectos en lugar de aceptar a otros más noveles, Ayestarán protagoniza una sabia reflexión al respecto. «En un momento determinado puede atraer esa experiencia. Pero las carreras no son una constante curva ascendente, sino que hay momentos de decaimiento, momentos en los que la gente vuelve a recuperar sus ganas y momentos en los cuales puede venir alguien por detrás y quitarte el sitio», relata.
Ahora, sumido en un momento emergente del Aston Villa y como mano derecha de un ganador nato como Emery en vistas de repetir los ingleses participación en la máxima competición europea, observa el fútbol desde otro prisma con tal de alcanzar el éxito. Esa palabra que parece prohibida de nombrar para algunos, la califica Ayestarán como posible mediante tres pautas: la pasión, asumir la imperfección y adquirir más conocimientos junto a otros profesionales para pulir distintos aspectos.
Pero no solo en los dos anteriores protagonistas reside la experiencia de los técnicos españoles. Aunque tardaron algo más en dar el salto definitivo a la Primera División, hay otros dos españoles que se instalaron en el profesionalismo desde bien pronto. Estos son Marcelino García Toral y Bordalás.
El actual míster del Villarreal se inició en 1996. Tiempo después, gracias al Sporting de Gijón, gozaría de su paso inicial por la división de plata. Y con el Recreativo de Huelva, decano del balompié español, alcanzó la gloria con el ascenso. A partir de entonces, el propio Recreativo, Racing de Santander, Real Zaragoza, Sevilla FC y Valencia CF han sido algunos del resto de clubes que dan colorido a su palmarés.
Mientras tanto, Bordalás fue un clásico del territorio valenciano. Porque el alicantino ha sido como el buen vino: ha ido mejorando con el tiempo. Después de sus humildes comienzos con el Alicante, Benidorm, Eldense y Novelda, entre muchos más, iba a ser con el Deportivo Alavés con quien lograría alcanzar la cima. En Mendizorroza no continuó tras ese meritorio ascenso y ahí fue el origen de su consagración como auténtico mito y leyenda en el Getafe, con paso intermedio en 2021-22 por Mestalla.
Y no solo de entrenadores españoles se puede hablar. Porque en LaLiga destacan tres casos llamativos de auténticos 'viejos rockeros'. Por una parte, está el 'Cholo' Simeone, el 'one club man' del Atlético de Madrid. Es la excepción que confirma la regla de que un coach puede permanecer muchos años en el mismo sitio, como así lo corroboran sus más de 13 años al frente de los rojiblancos. También está Carlo Ancelotti, clásico del top europeo y que en 2021 regresó al Santiago Bernabéu. Y qué decir del chileno Manuel Pellegrini, el más veterano con 71 años, que sigue avanzando con paso firme con el Betis y que anteriormente en el Villarreal, Real Madrid y Málaga también disfrutaron de sus conocimientos.
Normalmente, la Segunda División suele ejemplificarse como el trampolín para muchos técnicos que, tarde o temprano, logran dar el salto hacia la élite. Para ello, tienen que sumarse una serie de circunstancias y éxitos deportivos que también lo posibilitan. Aun así, no siempre es terreno reservado para los "novatos", sino que hay una combinación explosiva donde la vieja guardia opta por recalar.
Entre esos nombres propios, se pueden encontrar casos como los de Álvaro Cervera, ahora al frente de un Tenerife en horas bajas, pero con el que hasta ha renovado. Está Fran Escribá, otro valenciano que ha pasado por clásicos del fútbol español y que ahora trata de reconducir al Granada. José Luis Oltra, en las filas del Eldense y con el que busca una remontada casi de tintes milagrosos, y Asier Garitano no faltan en esta particular lista, a la que se puede añadir a Paco López que inició el curso con el Cádiz, aunque fue destituido.
Como el fútbol es universal, si faltan las oportunidades en la liga española, hay quien decide emprender el camino hacia otros países, sea por convencimiento propio por lo meramente deportivo, por lanzarse a la aventura con un proyecto exótico o incluso una combinación de ambas. Porque los entrenadores de nuestro país o los que dejaron su huella en la competición doméstica han estado siempre -y cada vez más- bien cualificados y considerados a los ojos del mundo entero. En este sentido, el popurrí de preparadores sonados que existen y continúan en activo también da para apelar a muchos personajes de esta historia.
Uno de esos habituales cada temporada es 'el vasco' Javier Aguirre. No es casualidad que ocupe el 13º puesto en el ranking histórico de más partidos dirigidos en Primera División. Tras su última etapa finalizada en Mallorca, con los que cumplió sobradamente los objetivos, aceptó una dosis de patriotismo y se enroló como seleccionador de México, su país de origen. Aguirre asume este reto, al igual que el español Roberto Martínez lo hace en el presente con Portugal y en el pasado con Bélgica, si bien su experiencia se remite más a distintos conjuntos de la Premier League.
Hablar de Mendilibar es hacerlo de otro de esos clásicos por antonomasia. Tras toda una vida en LaLiga, en especialmente dirigiendo a equipos vascos, pero también con pasado en Real Valladolid, Osasuna, Levante o su reciente paso por el Sevilla con el que conquistó una Europa League, a sus 64 años ha hecho las maletas y se ha embarcado a Grecia. No es un retiro dorado, más bien un ciclo que quiere escribir con letras doradas. Porque al histórico Olympiakos está cerca de llevarlo a la conquista de otro título local.
Además, el valenciano Juan Carlos Garrido, tras dejar un grato recuerdo en el Villarreal, a lo largo de la última época ha sido partícipe y se ha enrolado en llamativos proyectos de equipos asiáticos. El que le ocupa en la actualidad, uno más de renombre, como es el Al-Ittihad. Y si nos referimos a ciclos extravagantes, el que abarca a Quique Setién con su equipo actual, el BJ Guoan de China, con el que ha dejado episodios curiosos como la reciente remontada en contra cuando mandaban 1-4 en un partido.
Como el fútbol lo puede todo, la edad no es un factor que importe. Es un simple factor numérico que no condiciona lo físico. Porque si colgar las botas resulta complicado, apartar la pizarra y la libreta con innumerables anotaciones también resulta una faena emocionalmente difícil de asumir. Entre ellos, brillan con luz propia dos nombres excepcionales: David Vidal y Claudio Ranieri.
De David Vidal sobran las presentaciones. Si tuviéramos que hablar de la trayectoria que le avala, no terminaríamos nunca. Porque desde 1987, cuando dio sus primeros pasos con el filial del Cádiz, media España ha visto cómo recorría sus campos por fuera de la línea de cal del lateral pegado a Tribuna. Vidal ha protagonizado imágenes imborrables y vídeos icónicos que se popularizaron sobre todo en 'El Día Después'. Actualmente, aún le queda cuerda para rato. Porque, aunque el Racing de Murcia fue el último club que dirigió y ha estado temporalmente en algún otro a nivel amateur, él mismo no descarta nada que se le ponga por delante, por su amor incondicional al fútbol.
Más allá de nuestras fronteras, hay otro nombre de sobra conocido por todos por sus hazañas en el Valencia, como el momento de la conquista de la Copa del Rey de 1999. Ese no es otro que el inigualable Claudio Ranieri. Tras un nutrido palmarés por distintas ligas de Europa, incluso con el campeón Leicester City, el romano había anunciado su retirada meses atrás. Sin embargo, ¿qué haces si el equipo de tu casa te replantea volver en una situación de delicada necesidad? Ranieri lo tuvo claro. Sin dar opción a producirse un chasquido de dedos, descolgó su chándal del armario y ahora vuelve a dirigir a la AS Roma cuando va camino de los 74 años.
Como hacía mención Pako Ayestarán, en este trabajo «hay momentos de decaimiento». Por ello, en contra de la voluntad y el deseo de numerosos entrenadores, no todos pueden permanecer siempre en activo. En la actualidad, en ese mundo de canas que abunda entre los banquillos de nuestro balompié, hay quien espera la llamada para volver a dirigir y mientras se remiten como meros espectadores, para seguir ampliando su libreta de anotaciones y tomar lecciones de cara a futuros métodos a impartir.
El caso más sonado es el de Javier Clemente, antiguo seleccionador español. A sus 75 años, no ha confesado abiertamente que haya llegado el momento de su retirada. Porque hasta hace algo menos de tres temporadas, estaba inmerso en dirigir la Selección de Libia, por segunda vez en su vida.
En esta lista de circunstancias aparecen más nombres de sobra conocido por todos. Además, con claro acento valencianista, por la huella que dejaron en Mestalla. Quien no recuerda a Rafa Benítez. Fue el artífice y uno de los líderes del Valencia CF del doblete en 2003-04, con una Liga y una por entonces denominada Copa UEFA que reluce con gran solera en las vitrinas, además de obtener el reconocimiento de mejor club del mundo en 2004 por la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS). En el Celta de Vigo no terminó de cuajar el pasado curso y Giráldez tomó su relevo.
Entre esos ex y con un sentido aprecio hacia la entidad valencianista, se suma Quique Sánchez Flores, relegado de su cargo en el pasado mes de junio con el Sevilla. Aunque ya resulta lejano ese 2007 cuando los caminos del míster y de la entidad blanquinegra tomaron rumbos diferentes, él siempre admite el cariño que sintió aquí y sin cerrar las puertas a un posible regreso en algún momento de su trayectoria.
Sin embargo, no son los únicos que permanecen atentos con tal de encontrar una vacante. En la otra parte de la ciudad de Valencia estuvo Juan Ramón López Caro, en un curso 2006-07 con el Levante, donde no le acompañaron en exceso los resultados. Tras un posterior paso en funciones de seleccionador sub-21 con España, se ha adentrado de pleno en el fútbol asiático, donde incluso estuvo al frente de los combinados de Omán y Arabia Saudí.
Además, el zaragozano Víctor Fernández espera su turno, después de haber atendido a las dos últimas llamadas de urgencia del equipo de su tierra, el Real Zaragoza. Y cómo olvidar a otro ilustre caso como Miguel Ángel Lotina. Pese a que el Villarreal fue su último club español dirigido en 2012, concluido con un descenso a la división de plata, ha continuado deambulando por el mundo. El Vissel Kobe japonés, en donde coincidió con el goleador que dio a España su primer Mundial como es Andrés Iniesta, fue su última militancia profesional hasta junio de 2022.
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