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Millones de viajeros en todo el mundo han descartado Estados Unidos como destino de vacaciones. Así se desprende de las cifras actuales de entrada, pero ... sobre todo del último informe del Consejo Mundial de Viajes y Turismo, que pronostica una pérdida de 12.500 millones de dólares en el país de las barras y estrellas durante el verano. La tendencia refleja una fuerte caída en la confianza hacia una nación que solía ser amigable, fácil de recorrer y plagada de entretenimiento.
La hostilidad de la agenda contemplada por el 'América primero' del Gobierno de Trump, la retórica polarizadora y la antipatía despertada por la guerra arancelaria son algunos de los factores que han contribuido a la pérdida de interés por viajar a EE UU. Los turistas han reaccionado además a las nuevas medidas de inmigración de línea dura en materia de visados, las restricciones para viajar y el mayor escrutinio en los puertos de entrada, que incomodan e incluso intimidan a los visitantes. Las noticias de detenciones arbitrarias de ciudadanos alemanes, británicos, canadienses y de otras nacionalidades, a veces durante varias semanas en condiciones vejatorias, antes de ser deportados, han generado alarma y aprehensión entre el público internacional.
22,5%
es la pérdida que se calcula para este año en el sector turístico estadounidense
«A la gente le preocupa que les registren sus dispositivos (electrónicos) y el riesgo de deportación antes incluso de entrar en el país», señala Geoff Freeman, director ejecutivo de la Asociación de Viajes de Estados Unidos. El Consejo Mundial prevé un verano flojo para el sector turístico, que registrará una caída del 14%, tras la robusta subida de 2024, que aportó unos 2.600 millones de dólares a la economía.
La empresa de investigación Tourism Economics, que a principios de año anticipaba un aumento del 9%, ha modificado sus proyecciones y ahora prevé un descenso del 9,4% en las llegadas internacionales a Estados Unidos. «Las decisiones políticas impopulares, ya sean en relación con Ucrania o con el comercio, están teniendo efecto y la marca del país ha recibido una paliza», señala el presidente de la empresa, Adam Sacks.
Aunque EE UU continuará siendo el mayor mercado de viaje y turismo del mundo, este año registrará en general un descenso del 22,5%, un nivel que no se había visto desde el pico prepandémico alcanzado en 2019. Más aún, de los 184 grandes del turismo global, Estados Unidos será en 2025 el único país que registrará un descenso de visitantes internacionales.
La caída más brusca se ha notado en uno de los pilares del sector, el de los viajeros canadienses, que por tercer mes consecutivo ha registrado un declive de hasta un 15,2% comparado con abril del pasado año. Hasta ahora este colectivo ha representado aproximadamente la cuarta parte del total de los turistas extranjeros, pero se ha desplomado a un ritmo sin precedentes que alcanza el 70% en los viajes aéreos y el 45% en los terrestres.
Las amenazas anexionistas a Canadá por parte del presidente Trump y la imposición unilateral de agresivas tarifas comerciales a su socio comercial más importante ha llevado a los canadienses a romper muchos de sus lazos con el país vecino, incluidas campañas de boicot a sus productos. El caso, muy publicitado, de la detención extrajudicial por las autoridades de inmigración de la empresaria canadiense Jasmine Mooney el 3 de marzo en San Diego por tener el visado caducado, una irregularidad técnica que generalmente se salda con la negación de entrada temporal, creó ampollas en la opinión pública.
La que fuera actriz de la serie 'American Pie', y más recientemente cofundadora de una marca de bebidas saludables en California, fue detenida sin explicaciones, esposada y enviada a un centro privado del ICE (patrulla de inmigración), donde permaneció durante doce días, sin supervisión judicial, acceso a un abogado y ni siquiera una cama. El caso alimentó aún más el miedo a viajar a EE UU, especialmente entre los muchos canadienses que viven y tienen familia en este país. El vicegobernador de Columbia Británica, David Eby, llegó a sugerir a los ciudadanos que lo mejor era quedarse en el país: «Hagan turismo en Canadá y no en Estados Unidos», pidió.
Los viajes procedentes de Europa Occidental, otro mercado tradicionalmente fuerte, han experimentado también descensos significativos, con una caída del 12% en marzo, uno de los índices más bajos registrados después de la pandemia. El bajón se ha notado especialmente entre los turistas del Reino Unido y Alemania, con un 29% menos de entradas, según el Departamento de Comercio estadounidense. El número de visitantes procedentes de Francia cayó el 12,2% en abril.
Adam Sacks prevé que la situación empeorará a medida que avancen los meses. «Los viajes de ocio serán los más afectados, y aún no hemos llegado al punto álgido», advierte. A medida que llegue el verano, «los efectos serán más pronunciados». Los análisis de Goldman Sachs indican que, en el peor de los casos, Estados Unidos podría perder hasta 90.000 millones de dólares en ingresos este año por el impacto combinado de la reducción de visitas y la cancelación de compras de productos estadounidenses.
«Lo más preocupante es que, hasta la fecha, no hemos hecho nada para contrarrestar el miedo y enviar el mensaje de que queremos que los viajeros vengan», señala el director ejecutivo de la Asociación de Viajes nacional. Geoff Freeman ha venido insistiendo en la necesidad de crear una estrategia de marketing enfocada en las percepciones más favorables de EE UU antes de que las tendencias negativas actuales se consoliden. Sobre todo, teniendo en cuenta los próximos grandes acontecimientos que se celebran en el país, como el 250 aniversario de la Declaración de Independencia en 2026, la Copa Mundial de la FIFA, también el año que viene, y los Juegos Olímpicos de Verano de 2028.
«De no hacerlo, tendremos que estar respondiendo a un problema aquí, y otro allá, y perdiendo miles y miles de millones de dólares», señala Freeman. Con todo, la ansiedad ante la volatilidad económica y las tensiones políticas internacionales no parecen haber afectado a los clientes del turismo de lujo. Este sector basado en la opulencia y la exclusividad no solo se mantiene fuerte sino que se ha fortalecido. La red de agencias de viajes de lujo Virtuoso ha reportado un aumento del 23% en los contratos de alta gama.
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