La hemeroteca desnuda a la trama corrupta

La publicación de los audios de la Unidad Central Operativa (UCO) dejó a las claras la enorme disociación entre las declaraciones públicas de José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Koldo García y sus vidas privadas durante los años en los que funcionó esta trama de corrupción. Si en sus apariciones mostraban una imagen sin tacha, que incluía, en el caso de Ábalos, un gran respeto a las mujeres, todo cambiaba cuando hablaban solo entre ellos. La hemeroteca del 'caso Ábalos', o del 'caso Cerdán', o del 'caso Koldo', es un muestrario de hipocresía.

Cuando el 21 de febrero de 2024 la Guardia Civil detiene a Koldo García, un asesor del Ministerio de Transportes, el nombre de José Luis Ábalos comienza a aparecer vinculado a una presunta trama de corrupción. Ábalos muestra su sorpresa y hasta se hace el indignado con su antiguo subordinado. Pero la trama ya sabía que la Guardia Civil seguía la pista a Koldo, como Cerdán contaba en un audio.

En los siguientes días, todas las miradas se dirigen a Ábalos, que niega cualquier cobro irregular. Mientras tanto, Cerdán avisaba a los miembros de la trama de que no se podía «hablar» por teléfono de las posibles comisiones ante la posibilidad de que la Guardia Civil los esté vigilando. Según la investigación, el 9 de abril de 2019 Ábalos ya había cobrado 210.000 euros.

Ábalos fue el encargado de defender, en junio de 2018, la moción de censura que derribó a Mariano Rajoy y llevó a la presidencia del Gobierno a Pedro Sánchez. Aquel día, dijo: «Los españoles no podemos tolerar la corrupción ni la indecencia como si fuera algo nomral. La corrupción nunca se podrá evitar, pero no es justificable. La decencia debe ser algo esencial, no accesorio».

También aquel día salieron de la boca de Ábalos las siguientes palabras: «Los derechos y libertades y la exigencia de ejemplaridad y ética públicas de todos y cada uno de los cargos que ejercemos la representación también se recogen en nuestro ordenamiento constitucional. Sacar de la política la corrupción y volver a hablar de lo que importa a la ciudadanía».

Además, en una de sus primeras intervenciones tras ser elegido ministro de Fomento, José Luis Ábalos tuvo que responder a las acusaciones del PP de haber pagado con dinero público un viaje de su familia a Perú. Entonces, Ábalos afirmó, con un punto de teatralidad impostada, que sus gastos se los costeaba él.

Unos meses más tarde, su colaborador, Koldo García, le acusaba de llevar un tren de vida demasiado elevado incluso para los niveles de la trama corrupta.

Quizá la parte más sonrojante de la hemeroteca de la trama tiene que ver con la visión de Ábalos sobre el proxenetismo y el feminismo. En público, el exministro niega «haberse ido de putas» y se declara «feminista». En realidad, los audios descubren que Koldo y él trataban a las mujeres como si fueran mercancía.

Además de sus alusiones a prostitutas como «Aradna», «Nicoleta» (porque, dice Koldo, «no solo hay que valer para follar») o «la colombiana», el exasesor de Transportes mantiene una conversación con la presidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, en los siguientes términos:

Pardo de Vera: «Estoy vieja, qué le vamos a hacer».

Koldo: «Joder, pues cuando te he visto con el pantalón de traje así, estás buenísima».

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