Bernabé Sánchez-Minguet: «La geopolítica es una palabra nueva en la cultura de riesgos de las entidades financieras»
El nuevo presidente del Banco de Crédito Social Cooperativo, matriz de Cajamar, explica que cuentan con un 15,4% de cuota en el ámbito agroalimentario y aspiran a crecer en el sector de la gran empresa y la banca privada
Bernabé Sánchez-Minguet Martínez (Valencia, 1961) acaba de asumir la presidencia del Banco de Crédito Social Cooperativo (BCC), la cabecera del Grupo Cajamar, tras ... la renuncia de Luis Rodríguez González, primer presidente de la entidad desde enero de 2014, año de su creación, que deja el cargo por decisión propia, próximo a cumplir 70 años.
–¿Con qué objetivos llega?
–Primero de continuidad, que siga la tendencia positiva del grupo. También seguir con la cohesión interna que mantenemos, porque ahora somos un grupo de 19 entidades, 18 más el banco. Y afrontar el plan estratégico 2025 2027 cumpliendo los hitos marcados, como ser líder en banca cooperativa y referente en el sector agroalimentario en España. En definitiva, seguir siendo lo que somos, mejorando parámetros.
–Son unos recién llegados al sistema financiero español. ¿Qué ha aportado su modelo?
–Tenemos cajas que son centenarias aunque como grupo nos integramos en 2014. ¿Qué hemos aportado? Lo primero, un modelo integral, absolutamente cooperativo donde compartimos ingresos y gastos; un modelo de protección que no requiere de unos fondos que haya que disponer para ir al rescate de ninguna entidad del grupo. El propio modelo es el aval del grupo, es decir, un grupo que comparte resultados y que los distribuye en función de la aportación de recursos de cada entidad. ¿Y qué factor diferencial? Diría dos, la cercanía y el compromiso, que son valores intrínsecos al modelo cooperativo; el hecho de que las entidades estén atadas al territorio, que tengan un compromiso con el desarrollo local y regional.
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–Menciona la cercanía. La Comunitat ha perdido músculo financiero en los últimos años...
–En nuestro grupo, de las 18 entidades, 17 son de la Comunitat. También hay que poner en valor, por ejemplo, nuestro compromiso en situaciones como la dana. No había comunicaciones, no había forma de pagar… En Requena, por ejemplo, los compañeros abrieron la oficina pero poder dar efectivo a la gente en base al conocimiento personal que había, con el riesgo de cometer algún error, pero el bien que se protegía era mayor que el posible error. También permitió que el comercio local pudiera seguir trabajando. Que las entidades sigan estando en su territorio permite que respondan a las necesidades del entorno social.
–Tienen una fuerte presencia en el sector agroalimentario. ¿En qué otro han puesto la mirada o aspiran a crecer?
– Cajamar tiene una fuerte vocación de innovación agroalimentaria y, sobre todo, de transferencia del conocimiento y eso hace que tengamos un nombre muy importante en el mundo agroalimentario, con una cuota de mercado de un 15,4%. Ahora estamos trabajando, y creciendo mucho, en gran empresa y también en banca personal y privada.
–Su antecesor dijo que la vocación de BCC es «hacer banca universal, tener presencia en toda España». ¿Se ha conseguido?
–Sí, por ejemplo, acabamos de abrir San Sebastián. Nuestra concentración o nuestro liderazgo está más en la parte del Mediterráneo: Almería, Murcia y todo el Levante, donde la Comunidad Valenciana es un tercio del volumen del grupo. Hay una vocación de ser una entidad de ámbito nacional, por lo que tenemos previsto abrir más oficinas en grandes núcleos urbanos, como Madrid, Barcelona o Zaragoza.
–¿Se plantean crecer?
–Sí. Como grupo estamos atentos a oportunidades; hasta ahora no ha salido pero no es un tema que nos preocupe. En este momento estamos centrados en tener una capilaridad alta, pues tenemos territorios donde aún hay trabajo por hacer. Si hay alguna oportunidad, se hará aunque dentro de nuestro sector, sinceramente, no creo que sea factible.
–¿Cómo observan una operación como la opa BBVA-Sabadell?
–No tengo una opinión formada porque es una decisión que corresponde a los propietarios de esas instituciones. Sí que puedo decir que, como entidades que estamos en el territorio, cuando se produce una integración, algo cogemos de cuota de mercado, bien por concentración de riesgos o bien porque las empresas no quieren tener más de un proveedor financiero.
–Sobre el actual contexto geopolítico, ¿qué les trasladan las empresas, qué les preocupa?
–Depende mucho del sector y del mercado. Vemos que la preocupación viene más por el hecho de que lo que no se pueda exportar a EE UU va a generar un producto que va a generar más competencia en los mercados interiores. En general, el tejido empresarial valenciano es emprendedor y sabe adaptarse y ahí estamos nosotros también para ayudar. Sí va a afectar, si se confirma el tema de aranceles, en la constante presencia de la incertidumbre. Y evidentemente los conflictos geopolíticos son una palabra nueva que hemos introducido en la cultura de riesgos de las instituciones financieras. Empezó el riesgo de crédito, riesgo de liquidez, riesgo reputacional, luego el riesgo de la sostenibilidad y ahora tenemos el riesgo geopolítico. Cuando analizas las empresas, también analizas esos mercados. Y lo que estamos viendo es, sobre todo, incertidumbre.
–Todo esa gente que vemos ahora en redes sociales dando consejos financieros sin ser expertos, ¿cómo ponemos coto?
–A ver… En el tema de las inversiones hay que ser prudente. Gurús no hay. Rentabilidades fuera de mercado suponen un riesgo, siempre lo hay. Si en el mercado el tipo de interés está al dos, si las operaciones de depósito en la banca en general están al 2,25, que uno te diga un cinco, quiere decir que hay un riesgo oculto, un riesgo que no te está revelando. Nuestra obligación es hacer las empresas y el ahorro sostenible en el tiempo. Invitaría a la gente a que no se deje deslumbrar, manipular o engañar por los falsos gurús.
–¿Nos falta cultura financiera?
–Esa es una una preocupación constante nuestra. Ya no personal mía, sino del grupo. Debería haber una cultura financiera en los grados de secundaria, es decir, no puede salir un joven a la universidad y no saber lo que es un préstamo hipotecario, un tipo variable o fijo, un fondo de inversión, etc.
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